El Papa Francisco responde a las cartas de apoyo enviadas por los niños de la Parroquia de Montserrat
Los niños de la parroquia de Montserrat han recibido una respuesta oficial del Vaticano tras enviar una recogida de cartas dirigidas al Papa Francisco, en las que expresaban su afecto y oraciones por su salud.
La respuesta, firmada por la Secretaría de Estado de la Santa Sede, fue enviada el pasado 6 de marzo de 2025. En ella, se agradece a los pequeños sus mensajes y dibujos, destacando el cariño y la cercanía manifestados hacia el Santo Padre. Además, el Papa les anima a vivir con alegría su fe cristiana, a rezar cada día y a asistir a la catequesis de manera constante.
Como muestra de gratitud, el Pontífice ha asegurado su oración por los niños y sus familias, encomendándolos a la protección de la Virgen de la Esperanza, y les ha impartido su Bendición Apostólica.
Este gesto ha sido recibido con gran emoción por la comunidad parroquial, que celebra la cercanía del Papa y el reconocimiento a la iniciativa de los más pequeños en este acto de fe y solidaridad.
Ejercicios Espirituales
Lunes 31 de marzo a Viernes 4 de abril
La Anunciación. Fra Angélico
Lunes, 31 de marzo
«Caminemos Juntos en la esperanza»
Mensaje del Papa para la Cuaresma 2025
Martes, 1 de abril
«Los Evangelios, libro de ruta para el discípulo»
Miércoles, 2 de abril
«La misericordia que restaura el pecado»
Jueves, 3 de abril
«La Adoración eucarística»
Viernes, 4 de abril
«El misterio de la Cruz»
Hora: 20,00 horas · Templo Parroquial
Domingo IV de Cuaresma
Perdón sin Condiciones
El IV domingo de Cuaresma es llamado en la liturgia católica el domingo de «laetare» o de la alegría. Se denomina así por las primeras palabras de la antífona de entrada de la Misa donde se recuerda el pasaje de Isaías 66 donde se lee: «Alegraos con Jerusalén y regocijaos con ella todos los que la amáis; saltad de gozo con ella los que por ella llevasteis luto». Es una fiesta colocada a mitad de la Cuaresma para tomarnos un “refrigerio” antes de afrontar el último tramo penitencial que lleva a la Pascua.
El evangelio de este domingo IV de Cuaresma (Lc 15, 1-3.11-32) comienza con una crítica de los fariseos y los letrados a la actuación de Jesús que «acoge a pecadores y come con ellos». Jesús explica, con la profundidad y suavidad del género parabólico, su modo de proceder con la parábola del Padre misericordioso y los hijos díscolos. Esta enseñanza es una catequesis espléndida del amor sin medida de Dios Padre que “ama y perdona sin condiciones”. El amor del padre de la parábola sana y restaura a la persona herida. Es un amor que no exige contrapartidas y no humilla al que se siente arrepentido. Es un amor que confía y espera en el otro y, movido por las entrañas de misericordia, cuando lo ve a lo lejos, se conmueve y sale a su encuentro para echarse en los brazos del que se fue lejos, entre lágrimas y silencio, para significar la alegría indescriptible de la vuelta a casa y la posibilidad abierta de poder orientar de nuevo su vida. Las enseñanzas de la parábola, en las actitudes y modo de proceder del Padre, es todo un programa de acción pastoral cuyo eje trasversal necesariamente tiene que ser la misericordia.
La restauración integral del hijo menor que se fue de casa viene expresada en el texto con símbolos que superan la razón pero que son imprescindibles para vivir la alegría del Evangelio. El Padre le viste con el mejor traje, le coloca el anillo, cubre sus pies con sandalias, ordena celebrar un banquete. La fiesta, expresión comunitaria de la alegría de vivir, cobra su sentido principal en que «este hijo mío estaba muerto y ha revivido». De ahí la alegría y la fiesta. El Papa Francisco, comentando la parábola en la oración del Ángelus de 27 de marzo de 2022, decía: «¡Dios no sabe perdonar sin celebrar!».
Por el contrario, la bondad y misericordia del Padre no es comprendida por el aguafiestas del hijo mayor que no ha experimentado la fuerza curativa del perdón y vive preocupado únicamente de lo suyo incluso con mucha diligencia y empeño a la hora de cumplir con sus obligaciones pero, ahí está el quid de la cuestión, su corazón se ha ido endureciendo con el paso del tiempo y sus juicios sobre los demás se han hecho fríos como el mármol cuestión que le provoca un ataque de celos y envidia cuando ve correr a su padre en busca de aquel que, a su juicio, es un impresentable y, por su mala vida, ya no considera de los suyos. Es un hombre prisionero de los prejuicios humanos incapaz de alegrase con lo bueno de los demás. El Papa, en la catequesis que citamos más arriba, constata que, para acompañar en situaciones difíciles, «la distancia, la indiferencia y las palabras ásperas no ayudan». Muchos interrogantes brotan espontáneamente de la actitud del hijo mayor, por otra parte, tan parecido a nuestra realidad. Puede ayudarnos a reflexionar este domingo las cuestiones siguientes: ¿Me considero justificado por cumplir con mis obligaciones religiosas? ¿Me pongo en lugar del otro o soy juez implacable de su vida? ¿Me alegro con la vuelta a casa de los demás? ¿He perdido el sentido de la alegría y la fiesta?
Las comidas de Jesús, en efecto, son resumen de su misión y mensaje, imagen del reinado de Dios ya comenzado. En consecuencia, no hay duda que Jesús compartió la comida con los pobres y los últimos e hizo de su causa su programa. El teólogo J. L. Espinel escribió en su día que «Cuando los evangelios dicen que Jesús comía con pecadores, hay que entender que en realidad comía con pecadores» (La eucaristía del Nuevo Testamento (Salamanca 1980) 79.
Manuel Pozo Oller
Domingo III de Cuaresma
Fruto Abundante
En el pasaje evangélico de este III Domingo de Cuaresma Jesús aprovecha dos acontecimientos trágicos recientes para hacer una llamada general a la conversión en orden a dar buenos frutos (Lucas 13,1-9). La escena se sitúa en el camino de subida a Jerusalén donde unos desconocidos se acercan al Maestro para contarle las malas nuevas que acababan de suceder. Por una parte, la degollación de un grupo de galileos efectuadas en el atrio del templo mientras se ofrecían sacrificios por orden del procurador romano Pilato. Para los judíos esta acción era horrorosa, no solo por la muerte de aquellos desdichados, sino también por cuanto la sangre de los asesinados se había mezclado con la sangre de los sacrificios en fiesta tan concurrida e importante como la Pascua. Seguramente las gentes que refirieron a Jesús lo sucedido creían que acudiendo a él podría intervenir para cambiar la situación contra el poder constituido. Por otra parte, por aquellos días, estaba reciente la muerte de dieciocho personas aplastadas por el derrumbamiento de la torre de Siloé. Muchas desgracias en poco tiempo. Estas desgracias hacían pensar al pueblo judío que Dios les “castigaba” o, al menos, se mostraba ausente y desinteresado ante tanto dolor.
Jesús ante las noticias terribles que le llegan trasciende los hechos para plantear la cuestión de forma distinta. Los judíos habían sido educados en la convicción de que no hay pecado sin culpa y, por tanto, que las grandes desgracias presuponen graves pecados de los desdichados y, consecuentemente con esa mentalidad, las desgracias son consideradas como un castigo merecido. Jesús no juzga ni culpa a los galileos asesinados ni a los fallecidos trágicamente en Siloé sino que, partiendo de la realidad dolorosa de los acontecimientos, enseña que una muerte violenta repentina tiene que hacer reflexionar a los que todavía gozan del don de la vida sobre la importancia de vivir en plenitud el momento presente. Hace años el Hermano Rogers, fundador de la comunidad ecuménica de Taizé (Francia), escribió un precioso y profundo libro, cuya lectura me hizo mucho bien, sobre la necesidad de vivir “el momento presente”, en una “dinámica de lo provisional”. Esa es la enseñanza de Jesús que trasciende los hechos acaecidos para invitar a vivir el momento con los ojos abiertos a Dios y a la realidad en una permanente conversión y búsqueda para “no perecer de la misma manera” que aquellos cuya muerte fue el gran fracaso de sus vidas.
San Lucas, después de constatar la fragilidad del ser humano y aclarar que las desgracias son un misterio que se presentan al margen de la bondad o no de los que las padecen, se pregunta sobre el sentido profundo de la vida y cuál es su finalidad. El evangelista, sin ambages, indica que la vida, que ha sido plantada en la viña del Señor, tiene sentido si es fecunda y da fruto (cf. Lc 6,16).
La parábola de la higuera estéril, en efecto, es el símbolo de una vida humana improductiva que llega a agotar la paciencia del agricultor. Los galileos murieran por causa de la perversidad de Pilato y los dieciocho judíos aplastados por una torre, murieran por accidente. No es el caso de la higuera estéril. La higuera tiene que morir porque no da fruto, porque no es más que un parásito que se nutre de los alimentos que roba al viñedo. Esta situación de improductividad ha colmado la paciencia de su amo que la ha cuidado por tres años con primor. En definitiva, la invitación de Jesús, a pesar de las desgracias y dificultades continuas de este mundo, es a ser fecundos. Por el contrario, «el pecado más grande», es no hacer nada, estar permanentemente mano sobre mano nutriéndose del trabajo o buena voluntad de los demás. Todos, en verdad, tenemos la responsabilidad de producir y dar frutos abundantes. La higuera, como el seguidor de Jesucristo, tiene como vocación dar fruto abundante evitando “no ocupar terreno en balde”. ¡Todo un itinerario de conversión!
Manuel Pozo Oller
Actos de nuestra Hermandad en el V Aniversario de la Bendición de la Imagen titular de Jesucristo Resucitado
La Hermandad de Jesucristo resucitado y Señor de la Vida, después de la celebración eucarística de la tarde del sábado, día 16 de marzo de 2025, celebró el acto de presentación del cartel de la procesión del día de Resurrección en el marco entrañable del templo parroquial.
Presentación del cartel con Francisco Cortés, Pregonero
La presentación del cartel, que se celebró coincidiendo con las fechas de la bendición de la imagen de Jesucristo resucitado, y que tuvo como preparación la misa solemne presidida por el Obispo diocesano, D. Antonio Gómez Cantero, justo la semana anterior, tuvo como mantenedor del acto a D. Víctor Pérez, hermano experimentado en estos oficios.
El presentador, hermano fundador de la asociación pública de fieles, D. Francisco Cortés, introdujo su disertación con una poesía para pasar a los saludos de ritual, antes de pasar a relatar los inicios de la Hermandad y sus sueños que acabaron con la erección canónica de la Hermandad, la designación de sede y la bendición de la imagen de Jesucristo resucitado, titular de la asociación. Con este ambiente preliminar se procedió a desvelar el cartel por el Hermano Mayor, D. Juan Diego Linares y el autor del mismo, D. Jorge Cazorla.
De izquierda a derecha: Francisco Cortés, Juan Diego Linares, Manuel Poco y Jorge Cazorla
La disertación, una vez mostrado el cartel, se centró en su explicación en el que los colores hacen alusión a los colores propios de la Hermandad y donde su simbología recuerda el aniversario del V aniversario de la bendición de la imagen.
El acto se cerró con unas palabras del párroco, D. Manuel Pozo Oller, en las que recordó los inicios de la Hermandad y los restos a los que se ha tenido que hacer frente junto a la satisfacción de hallarnos hoy en día con una hermandad asentada y en continuo crecimiento. Animó, como es preceptivo, a vivir con intensidad la Cuaresma y a participar en los actos de formación común y celebraciones de la parroquia para terminar con una oración.
Anteriormente a este acto, a las 17,00 horas, la Hermandad celebró Cabildo ordinario de hermanos cuyo punto central fue la dación de cuentas del año 2024 y su aprobación y la presentación del presupuesto de 2025 siendo ambos aprobados para proceder a su entrega, como es preceptivo, en nuestro Obispado.
Cartel 2025
Domingo II de Cuaresma
Gloria Divina
El episodio de la transfiguración (Lc 9, 28b-36) es colocado por el evangelista san Lucas después de cinco máximas sobre el seguimiento en las que se describe el camino que ha de seguir el discípulo, a saber, la renuncia a sí mismo, cargar con su verdad (cruz), identificarse con el Maestro, dar la vida, si fuere preciso, por el Reino, y no avergonzarse jamás de Jesús ni de su mensaje (9, 23-27).
Jesús, nos narra el pasaje que comentamos, se aparta del ámbito de lo cotidiano y se retira a un lugar favorable para encontrase a solas con Dios. La tradición asocia este lugar de retiro al monte Tabor, pero lo cierto es que san Lucas no tiene interés en la localización geográfica, sino en su significado histórico-religioso más profundo como “lugar de manifestación y encuentro con Dios” y “lugar de oración”. El evangelista gusta situar a Jesús en un ambiente de oración previo a la toma de decisiones importantes. El ejemplo de Jesús es norma para el discípulo que ha de imitar al Maestro poniendo siempre en manos de Dios su vida, sus proyectos y sus obras “para su mayor gloria”.
Para comprender y orar con el texto de este II domingo de Cuaresma hemos de tener presente, en primer lugar, que su redacción se hace acudiendo en su expresión a una escenografía apocalíptica. Las alusiones al color blanco de los vestidos y la nube que envuelve a los personajes, recrean esta escenografía expresando simbólicamente la presencia y gloria de Dios al estilo de los relatos del Antiguo Testamento.
En segundo lugar, hemos de tener presente que los personajes de Moisés y Elías, las dos grandes figuras veterotestamentarias, representan las expectativas del judaísmo inmediato anterior a la era cristiana que soñaba con el regreso del exilio a la tierra prometida. Ambos personajes representan y son símbolos de la ley y de los profetas. San Lucas los presenta en el monte luminosos, “llenos de gloria”. Moisés, liderando a su pueblo de la esclavitud a la libertad, protagoniza un acontecimiento que es interpretado como la manifestación de la “gloria” del Señor. En la figura de Elías se evoca y recuerda el viaje del profeta al monte Horeb (Cf. 1 Re 19,4-8) y su relación de este monte con el éxodo (cf. Ex 3,1; Dt 1,2; 5,2). La presencia de los dos personajes en la montaña tiene un significado grande porque con ellos desaparece el antiguo Israel. La voz de Dios desde la nube (v.35), es el comienzo de una nueva era donde ya no habrá que escuchar ni a Moisés ni a Elías, porque el único portavoz de Dios, es solo “su Hijo, el escogido”. En Él comienza un nuevo y definitivo éxodo del pueblo de Dios cuya meta no es la tierra prometida sino “un cielo nuevo y una tierra nueva” (Apoc 21,1).
En tercer lugar, para comprender el texto, hemos de recordar el significado de la fiesta de las chozas o de los tabernáculos. Originariamente era una fiesta agrícola y de pastores conocida también como la fiesta de la recolección o de la cosecha. En opinión del historiador Flavio Josefo era “la fiesta más sagrada e importante de los hebreos” (Ant. VIII, 4,1, n. 100). En tiempos de Jesús, la fiesta se celebraba con una peregrinación donde las gentes solían ir al campo y allí pernoctaban en cabañas o en tiendas. De ahí que Pedro asocie, de modo espontáneo su experiencia de estar con Jesús trasfigurado en la montaña, con el gozo y euforia de la celebración de esta fiesta de tanta importancia para el pueblo israelita.
Estas tres claves son el contexto necesario para entender el texto cuyo eje central es el primer anuncio de la pasión de Jesús que se “consumará en Jerusalén”. La revelación, la voz que sale de la nube, declara que Jesús es más que cualquier mesías, es el “Hijo” y el “Elegido”, al único que hay que escuchar, ya no hay mediadores ni mediaciones.
Los discípulos en este episodio no quedan especialmente bien porque se aburren “y se caen de sueño”. Cuando hablan “no saben lo que dicen”. Se asustan ante la gloria de Dios. Están fuera de juego y no comprenden. Tendrán que esperar a encontrase con el Señor resucitado para entender que el Hijo encarnado es comienzo de la humanidad nueva.
Manuel Pozo Oller
Domingo I de Cuaresma
Desierto y Tentación
El miércoles pasado comenzamos el tiempo litúrgico de la Cuaresma con el rito de la imposición de ceniza. En este itinerario cuaresmal, en el primer domingo, el Evangelio de san Lucas nos presenta a Jesús en el desierto como lugar de tentación (4,1-13).
Las tentaciones se presentaron a Jesús terreno a lo largo de toda su vida. Los evangelistas las reagruparon en torno al paisaje singular del desierto, lugar bíblico de excelencia para la búsqueda y el discernimiento. El autor sagrado, coloca estratégicamente esta sección después de la confirmación de Jesús como Hijo de Dios en su bautismo (3,22) y, al tiempo, hombre como muestra la genealogía familiar (3,23-38). En el evangelio de este domingo se nos presenta a Jesucristo, Dios y hombre verdadero, a las puertas del comienzo de su vida pública, en el desamparo y aridez del desierto, debatiéndose en la tensión de elegir entre la voluntad del Padre y el cómo y por dónde empezar el anuncio del reinado de Dios, así como qué medios se ha de emplear para llevar a cabo la misión encomendada. El texto se abre con una paradoja. Jesús, “lleno del Espíritu Santo”, fue llevado por el mismo Espíritu “por el desierto, mientras era tentado por el demonio”.
En aquél lugar inhóspito y árido Jesús ha de elegir sobre qué tipo de acciones y medios ha de emplear en el anuncio de la buena nueva. La tentación primera se presenta en el momento de debilidad humana cuando Jesús siente la necesidad primaria del hambre. Es el momento propicio en que Satanás le sugiere sutilmente que emplee el poder recibido para su tarea mesiánica en favor propio y convierta las piedras en panes. La tentación se presenta siempre como invitación a dudar de Dios para, a continuación, amparándonos en la seguridad aparente del bienestar y la prosperidad económica, adorar al becerro de oro. Es una tentación que conduce a la persona idólatra a la evasión de la propia responsabilidad delegando en los dioses mágicos la solución de los problemas.
En la segunda tentación, después del ofrecimiento de Satanás de la salvación por los medios materiales, ahora ofrece a Jesús el camino del mesianismo político y el empleo del poder que tanto alaga la vanidad humana. Una tradición popular esperaba la aparición del mesías descendiendo del cielo y posándose en el alero del templo con gran vistosidad y manifestación de poder. La tentación no consiste propiamente en “arrodillarse ante Satanás”, ¡qué ya es gran disparate!, sino en justificar el recurso al poder y a la gloria como medio para subir y mandar. El poder y la gloria son tentaciones permanentes. Joachim Jeremías, luterano y profesor del Nuevo Testamento, afirma con evidente claridad conceptual que “la adoración a Satanás, en el monte desde el que se contemplaba todo el mundo, tiene indiscutiblemente como objeto la actuación de Jesús como caudillo político” (Teología del Nuevo Testamento, Salamanca 1974, 91). El deseo de poder para oprimir a los débiles ya es idolatría. Estar en posesión de riqueza, y poder al estilo del mundo, equivale, a poco que nos descuidemos, a suplantar a Dios por la idolatría de uno mismo.
La tercera tentación propuesta a Jesús consiste en ofrecer en público una señal absolutamente decisiva para demostrar sensiblemente hasta qué punto estaba Dios con Jesús y hasta qué punto podía Jesús disponer de Dios para garantizar el éxito de su misión. Es frecuente la petición a Jesús que avale su ministerio público con una señal mesiánica aparatosa y mágica (cf. de parte de familiares, discípulos, fariseos, sacerdotes, el pueblo en general). Es, por tanto, una tentación más sutil. Aparentemente no se busca el provecho propio, sino el interés de Dios para que los demás crean gracias a los signos prodigiosos. Todos, antes o después, de una manera u otra, somos o seremos tentados. En consecuencia, las tentaciones que sufrió Jesús son nuestras permanentes tentaciones que, con leves matices, se pueden resumir en el deseo desordenado de construir el Reino de Dios por los caminos equivocados del tener, poder, y subir, a costa del olvido providente de Dios y el uso interesado de su santo nombre.
Manuel Pozo Oller
Pequeña Crónica de la Visita Pastoral
El pasado fin de semana, de los días 7 al 9 de marzo, al inicio del tiempo litúrgico de la Cuaresma, el Sr. Obispo realizó Visita Pastoral a la Parroquia de Nuestra Señora de Montserrat de la Ciudad de Almería.
El viernes, día 7, a las 10,00 horas, comenzó la Visita en el Centro Municipal de Acogida donde el Sr. Obispo, acompañado por el párroco y diácono permanente, fueron recibidos por el Concejal de Integración Social, Participación y Distritos, D. Óscar Bleda, el director del Centro, D. Juan José Martínez, y trabajadores que explicaron la singularidad e importancia del Centro antes de proceder a una visita de las instalaciones. A la visita se unieron algunos miembros de la Caritas parroquial con la que comparten situaciones e intercambian estrategias de atención a las personas necesitadas.
Terminada la visita al Centro Municipal de Acogida el Sr. Obispo, acompañado del párroco y diácono permanente, visitaron las instalaciones del Tanatorio El Centro dependiente su atención como capellanía de nuestra Parroquia. Después de saludar al personal se giró visita a las salas de velatorios, la capilla y las dependencias donde está ubicada la sacristía.
Al mediodía se celebró encuentro con profesores y alumnos del Colegió EIN de la Divina Infantita coincidió con la fiesta adelantada del fundador de las Religiosas de la Inmaculada Niña, Padre Federico Salvador Ramón. Con este motivo el claustro de profesores y personal no docente preparó un café que facilitó la posibilidad de un diálogo cercano y distendido. A este encuentro con profesores siguió un saludo a los grupos de alumnos que preparaban actividades en torno a la fiesta del fundador, la visita a los más pequeños que le enseñaron al Obispo el huerto ecológico, y dos sesiones de intercambio y preguntas en el salón de actos de los niños de primaria y secundaria. El encuentro con los escolares terminó con la visita a la capilla donde el Obispo dirigió un momento de oración centrado en el Padrenuestro.
La mañana terminó con el recorrido por las calles de la parroquia donde el Sr. Obispo fue saludado por muchos viandantes con gran afecto.
La sesión de la tarde comenzó con la celebración de la Santa Misa, coincidiendo con el V aniversario de la bendición de la imagen de Jesucristo resucitado y terminó con un encuentro en el asistieron los grupos cuya espiritualidad gira en torno al catolicismo popular y que son, además de la Hermandad, la Mayordomía de Ntra. Sra. de Montserrat y el grupo de Apóstoles del Lavatorio.
El segundo día de la Visita Pastoral, sábado 8 de marzo, se retomó la Visita Pastoral con el encuentro con la Escuela de Catequistas, Caritas y Animación litúrgica. Como en el día anterior, después de las palabras del párroco, un portavoz de cada grupo situó la sesión y acaba ésta se abrió un diálogo grande sobre el trabajo de los grupos, sus respectivas programaciones y las necesidades más urgentes. El Sr. Obispo, después de escuchar con atención, invitó a los grupos “a no ser obstáculo ni tapón para la entrada de otros que renueven nuestros grupos e instituciones” e iluminó las inquietudes expuestas con ricas experiencias pastorales.
Al terminar el encuentro el Sr. Obispo se trasladó a la comunidad de las Religiosas de la Inmaculada Niña donde fue acogido por la superiora y la comunidad pasando a enseñarle la Casa Hogar, saludando a los niños e interesándose por ellos y también a los voluntarios y personal. El diálogo con la comunidad fue profundo buscando nuevos caminos para vivir hoy consagradas y explicando su vocación original de trabajo con niños y de modo especial con aquellos que tienen mayores dificultades. La mañana acabó con la comida del mediodía compartida fraternalmente en la estuvieron presentes, además del párroco y diácono permanente, D. Juan Torrecillas Cano, capellán de la Comunidad.
Con la Santa Misa se dio comienzo a los actos programados para la tarde. En la celebración el Sr. Obispo dispensó el sacramento de la Unción de los Enfermos a treinta y ocho feligreses que gozaron con la cercanía y las palabras del presidente de la celebración. Al finalizar la eucaristía, después de un rato de diálogo con todos los que se acercaron a saludar al Obispo, se celebró el encuentro general con los cristianos de la parroquia para dialogar sobre la puesta en marcha del plan pastoral diocesano propuesto para este curso pastoral en el que ocupó gran espacio la situación vocacional y la entrada en vigor de la nueva normativa sobre la Iniciación cristiana.
El tercer día de la Visita Pastoral, domingo 8 de marzo, giró en torno a la celebración de la misa estacional de clausura en la que doce niños en edad catequética fueron admitidos en la Iglesia para recibir su bautismo en la Pascua. El templo parroquial se quedó sin aforo y la liturgia resultó espléndida junto a la alegría que aportan en las celebraciones la presencia de las familias y los niños. Al finalizar la santa Misa la comunidad rezó la oración por los frutos de la Visita Pastoral.
Muchos, como es habitual, quisieron tener un recuerdo de este encuentro y el Sr. Obispo accedió a sus peticiones con mucho gusto.
La Visita Pastoral se cerró con una pequeña revisión de los actos, encuentros y celebraciones celebrados, con la conciencia compartida de que ha sido, sin duda, una gran gracia de Dios en el momento oportuno para reavivar nuestra esperanza.
Visita Pastoral
Días 7 al 9 de marzo de 2025
Fotografías Jornada III
Fotografías Jornada II
Fotografías Jornada I
El Obispo, sucesor de los Apóstoles
El obispo de nuestra Iglesia de Almería se llama Antonio. Desde San Indalecio le han precedido, nada más ni nada menos que setenta y un obispos.
Al Obispo se le llama también pastor de la Iglesia. Fíjate que en la mano derecha lleva un bastón grande que representa la misión de cuidar a los cristianos. Este bastón se llama báculo. También en el día de su ordenación al Obispo le ponen un anillo en el dedo anular de la mano derecha que le recuerda el compromiso de amar siempre a la Iglesia.
¿Qué hace el Obispo? El Obispo debe ser amigo de Dios para que cuando hable de Jesucristo lo haga como quien conoce y ama a un amigo.
También es maestro para enseñar con el ejemplo de la vida y la predicación de la Palabra de Dios.
La Iglesia pide al Obispo que gobierne como un padre o una madre a su Iglesia para que el Señor le ayude los cristianos pedimos diariamente en la Santa Misa por él y por sus intenciones.
El Papa Francisco cuando habla del Obispo emplea una expresión bonita para decir que “deben oler a oveja”, es decir, deben estar cerca del pueblo y compartir con ellos sus alegrías y sus penas.
Haz el compromiso de rezar con frecuencia por nuestra Diócesis, su Obispo Antonio y nuestra parroquia.
Carta del Párroco, Invitación a participar en las celebraciones y actos
Nuestro Obispo, D. Antonio Gómez Cantero, comenzó este curso pastoral de 2024-2025 las visitas pastorales a las parroquias de la ciudad de Almería y tiene previsto hacerse presente en nuestra parroquia los días 7 al 9 del próximo mes de marzo, nada mas comenzar el tiempo litúrgico de la Cuaresma.
La presencia del sucesor de los apóstoles, la escucha de la vida y preocupaciones de los cristianos, la oración en común, debe de suponer un impulso para nuestra comunidad parroquial. Ciertamente son pocos días. La anterior visita de 1998 duró 22 jornadas intensas.
En este mismo artículo se ofrece el calendario de la visita y los distintos actos que celebraremos, si Dios quiere. Todos sin excepción estamos invitados a participar en la celebración de apertura y clausura y en aquellos encuentros en los que estemos implicados. En los distintos actos comunitarios que se indican tendremos la oportunidad de participar activamente.
Es preocupación de vuestro párroco que la acogida al Sr. Obispo sea con la cordialidad y alegría de quien le recibe en el nombre del Señor y ha recibido el encargo de ser punto de encuentro y comunión con la Iglesia universal. Junto a esta preocupación mi estímulo para que os expreséis con libertad como el mejor de los caminos para renovar nuestra comunidad. Os invito, aunque sea un esfuerzo, a que asistáis a los actos comunes programados y, por supuesto, a las celebraciones.
Os invito a rezar por el fruto de la Visita Pastoral. Sólo Dios sabe lo que nos conviene. A nosotros nos toca ser dóciles a las mociones del Espíritu Santo.
¡Llevad esta buena noticia a los vuestros e invitad a participar a las personas que les pueda interesar!
Calendario de Celebraciones y Encuentros
(Días 7 al 9 de marzo de 2025)
Viernes, día 7
§ 10,00 horas: Centro municipal de Acogida
§ 12,00 horas: Colegio Divina Infantita
§ 18,30 horas: Eucaristía de apertura Visita Pastoral coincidiendo con el V aniversario de la bendición de la imagen de Jesucristo Resucitado. Señor de la Vida
§ Oración del Vía Crucis
§ Encuentro con las Hermanos de la Hermandad, Mayordomía y Apóstoles del
Lavatorio
Sábado, día 8
§ 10,00 horas: Encuentro con Cáritas, Catequistas y grupo de Animación litúrgica
§ 12,00 horas: Encuentro con las Religiosas de la Congregación de la Inmaculada Niña
§ 18,30 horas: Eucaristía con la dispensación del sacramento de la Unción de Enfermos
§ 19,30 horas: Encuentro de la Comunidad parroquial con nuestro Obispo
Domingo, día 9
§ 11,00 horas: Rito de Entrada en el Catecumenado de los niños en edad catequética
§ Santa Misa: Clausura de la Visita Pastoral
V Semana del Tiempo Ordinario
Colaboradores Obedientes
En este domingo de la V Semana del Tiempo ordinario, el evangelista contrapone a la escena del rechazo de Jesús por sus paisanos en Nazaret, al deseo de muchos de querer escuchar las enseñanzas de Jesús (Lc 5,1-11).
Ocupa el centro del relato la escena de la llamada al discipulado de Pedro, el pescador. Los textos lucanos, en efecto, muestran la admiración del autor por Simón. El evangelista omite, a sabiendas, ciertos detalles que narra el evangelio de san Marcos porque no favorecen a Pedro. Léase la reprimenda de Jesús al pescador cuando se rebela ante el anuncio de la cruz y la pasión recibiendo palabras duras del Maestro “porque piensa como los hombres, no como Dios” (Mc 8, 32-33), o el disgusto de Jesús porque Pedro se queda dormido en Getsemaní (Mc 14,37). San Lucas subraya, al contrario que san Marcos, las virtudes de Pedro y omite cuanto pueda empañar su imagen. Modo de actuar propio de amigos.
El episodio de Simón y la pesca milagrosa pertenece al comienzo del ministerio de Jesús y se sitúa en el lago de Generaset, al oeste de la región llamada mar de Galilea. San Lucas presenta a Jesús enseñando con autoridad, sentado en la barca en la orilla del lago. Cuenta que eran multitud los que querían escuchar las enseñanzas del Maestro. Los Santos Padres ha visto en esta barca de Pedro, a la que el Señor sube, una imagen de la Iglesia peregrina de la que dirá san Marcos que zozobra y san Lucas, en una apreciación más optimista, que se llenó de peces. Cristo subió a la barca de Pedro para enseñar de igual modo que Jesucristo sigue enseñando hoy desde su Iglesia.
Al terminar la catequesis al pueblo, Jesús ordenó a Simón “rema mar adentro y echa las redes para pescar”. El trabajo agotador y la brega no son suficientes para una buena pesca. La tarea es infecunda si no se hace en nombre del Señor. Al pescador solo se le exige que sea un colaborador obediente.
La promesa de Jesús hecha a Simón, “de ahora en adelante serás pescador de hombres”, en segunda persona del singular, prefigura ya el papel de jefe y responsable del grupo de los Doce. La preeminencia de Pedro se hace notar en el listado de los Apóstoles y en su encuentro con el Resucitado (Lc 24,34; Hch 2,14-40).
Introduzco en mi reflexión una clave exegética que puede ser de interés siguiendo al profesor Joseph A. Fitzmyer que acude a la traducción original en lengua griega para traducir las palabras de Jesús del siguiente modo: “No temas. De ahora en adelante cogerás vivos a los hombres”. Es muy atrayente la traducción porque añade al hecho simbólico de la pesca la libertad de respuesta del hombre que colabora con la acción divina para construir un proyecto en libertad. El pescador quita la libertad y la vida al pez, le saca de su medio dejándole sin oxígeno y provocando su muerte. De ahí que tengamos que hacer un esfuerzo grande en la explicación de este pasaje para explicar los símbolos de la red y la pesca para que no suenen a simple preocupación por el número y la cantidad de peces. Quedémonos en el signo de la obediencia que nos hace discípulos y, con la gracia de Dios, fecundos.
Desde esta premisa de escucha de la llamada y la libertad en el seguimiento se comprende, como escribe H. Conzelmann, que este texto es el revés al episodio de rechazo de Nazaret (cf. Lc 4,16-30). San Lucas quiere trasmitir que no hay mayor libertad que la de seguir al Maestro como discípulos por el camino para participar con Él en la misión de “recoger vivos” a los hombres insertándolos en la dinámica del Reino. Al escuchar las palabras de Jesús a Simón, “desde ahora serás pescador de hombres”, sus compañeros “sacaron las barcas a tierra, y dejándolo todo le siguieron”. En este “dejarlo todo” está la clave.
La Campaña de Manos Unidas de este domingo, Compartir es nuestra mayor riqueza, nos invita a adentrarnos en el mar de nuestra realidad, para echar las redes en el nombre del Señor y trabajar en la construcción de una fraternidad universal que luche contra el hambre en el mundo. No olvidaré nunca una frase profética escuchada en Haití: “Mientras ustedes mueren de empacho, se refería a Europa, nosotros morimos de hambre”. Da qué pensar.
Manuel Pozo Oller
Campaña contra el Hambre en el Mundo
El pasado viernes, día 7 de febrero, la Parroquia de Nuestra Señora de Montserrat, celebró la Vigilia de Oración y la Cena del Hambre con motivo de la propuesta de oración y ayuno voluntario de la organización Manos Unidas de la Lucha contra el hambre en el mundo.
A las 19:15 comenzó la oración con una moción larga en la que se daba cuenta de la razón de la convocatoria y se informaba de la campaña del año anterior y los proyectos en que se ha venido colaborando en comunión con la delegación diocesana. Los cantos apropiados y la salmodia elegida con textos de santa Teresa de Calcuta y otros sobre el ayuno y la ayuda propiciaron una oración de los fieles larga en la que se hizo un recorrido espontáneo por las situaciones de nuestro mundo necesitadas de lo más elemental y básico y, al tiempo, inmersas en conflictos y enfrentamientos graves con la anuencia de los países ricos.
La Cena, como es costumbre se ciñó a una sola vianda consistente en un pequeño trozo de pan con tomate al que se añadía un poco de aceite sin más bebida que un poco de agua. A los asistentes, también como es habitual, se les recordó que el importe del donativo tendría que equivaler a una cena fuera de casa. La generosidad fue grande.
A la oración asistieron más de sesenta personas de las que se quedaron para participar en la cena fueron unos cuarenta.
Tanto en las misas de sábado y domingo un grupo de hermanas de la Hermandad de Jesucristo Resucitado participó en la venta de artículos ofrecidos por Manos Unidas como un medio más para recaudar fondos con los que hacer frente a los proyectos.
Debido su interés, a continuación reproducimos íntegramente un artículo sobre la Hermana Aparecida Ramos Queiroz, publicado por María José Uroz en el periódico Diario de Almería el 9 de febrero de 2025:
"La ayuda que nos envía Manos Unidas es para Salvar Vidas"
Aparecida Ramos Queiroz, misionera en Mozambique
María José Uroz - Redactora 09 de febrero de 2025
Almería “La ayuda que nos llega a través de Manos Unidas es esencial. Con esos recursos podemos salvar la vida de muchas mujeres y niños que han salido huyendo de sus ciudades en conflicto dejándolo todo atrás y en busca de un refugio donde vivir sin el peligro de ser asesinados. Son familias desfavorecidas que lo han perdido todo. Por eso, nuestra misión en la zona sur de Cabo Delgado, en Mozambique, es impulsar proyectos para enseñar a estas personas a buscarse la vida de forma autónoma, para que no tengan que depender de la beneficencia del resto de familias de la zona (una de las más empobrecidas de todo el país). Y créeme que lo conseguimos”. Relata orgullosa de su trabajo Aparecida Ramos Queiroz, una misionera, Hija de Jesús (Jesutina), que lleva ya siete años empleándose a fondo en una de las 25 parroquias de la zona que dedican sus esfuerzos a ayudar al desarrollo de miles de ciudadanos.
Aparecida Ramos es brasileña y habla perfectamente español. Esta semana ha visitado Almería por primera vez para agradecer en persona a los voluntarios de Manos Unidas de la provincia la labor que llevan a cabo durante todo el año y el esfuerzo para recaudar donativos que hacen llegar a estos países donde toda ayuda es poca porque las necesidades son muchas. Durante su estancia en Almería, ha tenido tiempo de asistir a reuniones y misas en la capital y en municipios como Adra, El Ejido..., por citar algunos, así como también ha protagonizado charlas con hermandades y cofradías, encuentros divulgativos con grupos de jóvenes de la Diócesis... Su misión en este viaje no es otra que concienciar sobre las necesidades que hay en países subdesarrollados como Mozambique, de donde ella viene, así como hacer ver la dimensión que alcanza la solidaridad de todos los que contribuyen con esta causa que defiende Manos Unidas.
Representantes y voluntarias de Manos Unidas en Almería que han acompañado a la misionera Aparecida Ramos durante su estancia en Almería, en este caso durante la entrevista con Diario de Almería.
Una de sus paradas durante su estancia en Almería ha sido precisamente este periódico. A través de una entrevista ha querido enseñar a los almerienses el proyecto de empoderamiento de los jóvenes y, principalmente de las mujeres, que se está llevando a cabo en Cabo Delgado. “El objetivo es darles formación para que puedan lograr un empleo y puedan ganarse la vida por ellos mismos. A las mujeres se les enseña a coser y cuando acaban el curso formativo en los talleres se les regala una máquina con el objetivo de que ellas mismas puedan formar cooperativas y ganarse la vida. Muchas ya han logrado tener su propia casa gracias a su esfuerzo y trabajo vendiendo la ropa que confeccionan en tiendas que colocan al lado de las carreteras. Es el caso de Filomena, una joven de 18 años que ha perdido a sus padres y a su hermano. “Cuando llegó no comía, no dormía... Vio cómo el grupo armado mató a toda su familia y de esto hace dos años”, relata emocionada Ramos Queiroz. Y a otros, fundamentalmente a los jóvenes, se les forma a través de un proyecto de semillas. Se les enseña a plantar, a reconocer las semillas, a mantener los cultivos para que la cosecha sea buena y resistente..., todo con el fin de que puedan vender los productos que les da la tierra y obtener a cambio ingresos que les permitan subsistir”, explica.
"Nuestra misión se centra en reparar el daño psicológico y en formar a personas para que logren un empleo para subsistir”
Aparecida Ramos advierte de que los recursos que llegan en forma de donativo a través de Manos Unidas son “vitales para la vida de estas personas”. Pero su trabajo no solo se centra en esto, sino que antes de iniciarse en los proyectos enfocados a la formación y al empleo, es necesario que los ciudadanos pasen por talleres para la reparación del trauma, es decir, “son terapias que les ayudan a superar el dolor que guardan de todo lo que han sufrido durante los ataques en sus lugares de residencia. Muchos de ellos han visto cómo los violentos han asesinado a sus familiares delante de ellos, a sus maridos, a sus hijos... Han tenido que enfrentarse a situaciones de extrema crueldad y llegan muy afectados psicológicamente”, explica.
Cabo Delgado está en la zona sur de Mozambique y tiene actualmente casi tres millones de habitantes, de los que más de un millón son desplazados de esas zonas en conflicto. “En la huida, muchos niños y niñas se han quedado en el camino, han muerto por no tener ni agua ni comida. Y los que lograron alcanzar la zona pacífica, la gente que ya vivía allí ha tenido que acogerlos en sus casas, en sus escuelas..., porque han llegado sin nada”, relata Ramos Queiroz, quien hace hincapié en que “es precisamente a estas personas a las que los misioneros nos encargamos de ayudar con nuestros proyectos. Gracias a las aportaciones de Manos Unidas podemos comprar tejidos y máquinas para enseñarles a coser, y las semillas para enseñarles a plantar y a mantener sus cosechas”.
Emocionada, cuenta también que los donativos de Manos Unidas también se destinan a la aportación de alimentos y recursos para las familias (ya de por sí numerosas) que han acogido de buena fe da estas personas que llegan huyendo del conflicto. Y cómo no, también a la reparación de las zonas destrozadas por el ciclón que el pasado 15 de diciembre arrasó viviendas, escuelas y algunas aldeas por completo. “Desde las seis de la madrugada se registraron rachas de viento de hasta 260 kilómetros por hora y el escenario que ha dejado es de absoluta desolación”, lamenta la jesutina.
Aparecida Ramos Queiroz ha querido dar las gracias públicamente a Manos Unidas Almería y a los almerienses en su nombre y en el de la gente de Cabo Delgado, y ha puesto en valor que sea una organización que se acerca a la realidad, es decir, que una vez al año acude a visitar aquellas zonas donde invierte su solidaridad.
Manos Unidas y los niños
El pasado miércoles, día 5 de febrero, nos visitó la Hermana Aparecida Ramos Queirós, religiosa jesuítica de Brasil, que actualmente trabaja pastoralmente en Mozambique, para tener un encuentro con el grupo de adolescentes y niños en Iniciación cristiana.
Presentación de la Hermana Aparecida
La reunión comenzó a las 17,00 horas con el saludo del párroco a la religiosa y acompañante, también religiosa, en la que indicó la importancia de sensibilizar a los niños y adolescentes en la realidad de nuestro mundo e hizo mención a sus encuentros con comunidades de Egipto, Sudán y Haití.
A continuación, la Hermana Aparecida explicó la razón de su presencia en Almería para presentar la campaña de Manos Unidas. Lucha contra el Hambre de 2025 que lleva el título de Compartir es nuestra mayor riqueza invitando a los niños y adolescentes a conocer la realidad, a rezar para que se solucione y a colaborar con los proyectos que actualmente promociona la organización de Manos Unidas.
Hermana Aparecida Ramos
De especial interés fue la proyección de un montaje sobre la campaña de este año y las fotografías de los proyectos en Mozambique, especialmente de dos colegios, cada uno de más de dos mil alumnos.
Al finalizar la exposición los presentes hicieron preguntas y algún adolescente manifestó su interés por conocer el trabajo misionero y de promoción de los pueblos.
En el acto, además del párroco, estuvo presente el diácono permanente y el equipo de educadores de niños y adolescentes.
Fiesta de la Presentación del Señor, fiesta de la Familia
En la mañana del día 2 de febrero se celebró con asistencia masiva de fieles el día de la Presentación del Señor en nuestra parroquia.
A las 11,00 de la mañana comenzó la procesión que recorrió la Avenida Padre Méndez con gran asistencia de familias con niños en edad escolar. Lugar preferente ocuparon los niños en Iniciación cristiana acompañados por sus catequistas.
La Santa Misa comenzó como es preceptivo en esta celebración litúrgica con la bendición de los cirios que son signo de la luz de Cristo, luz de las naciones.
En el ofertorio, además del pan y el vino, se ofreció un artístico cirio junto con dos tórtolas elaboradas en cerámica.
Al finalizar la Santa Misa los padres y abuelo presentes rezaron la siguiente oración de presentación de sus hijos al Señor:
«Jesús, tú dijiste:
“Dejad que los niños se acerquen a mí”,
ayúdanos a aprender con nuestros hijos
y a darles a ellos nuestro amor y nuestro tiempo.
Enséñanos a acompañarlos en el camino de su vida.
Danos fuerzas para educarlos con amor,
y danos la satisfacción de verlos crecer
con salud y en tu gracia.
Queremos comprometernos también,
con la vida de nuestros hijos,
ofreciendo nuestra disposición a orar,
trabajar y luchar por ellos
para que tengan espacios para vivir,
donde puedan hablar, cantar, jugar,
ser educados, alimentarse dignamente, correr
y principalmente crecer saludables y felices.
Te lo pedimos, por medio de la Madre de tu Hijo,
Santa María de Nazaret,
de ella esperamos aprender a amar,
a confiar en el futuro,
y a darte gracias por el maravilloso regalo
de este hijo/a que hoy te presentamos.
Amén».
Reunión de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Jesucristo Resucitado
Los primeros domingos de mes la Hermandad participa en la animación litúrgica de un modo especial. Este primer domingo de febrero ha coincidido con la fiesta de la Presentación del Señor y, además de la animación litúrgica, se han encargado de la organización de la procesión cuyo hermano mayor ha portado la cruz parroquial que ha precedido al cortejo y varios hermanos, con los chalecos reglamentarios y material propio, han controlado en los pasos de cebra el tráfico.
Al finalizar la Santa Misa se ha celebrado reunión de la Junta de Gobierno de la Hermandad con la asistencia del Párroco-Capellán y el hermano mayor junto a doce miembros de la Junta para tratar temas de revisión de las distintas campañas navideñas y programación de este segundo trimestre del curso pastoral.
La reflexión se ha detenido en la preparación de la próxima visita pastoral del Obispo diocesano, D. Antonio Gómez Cantero, la celebración del V Aniversario de la bendición de la imagen titular de Jesucristo Resucitado, Señor de la Vida, la presentación del cartel, y fijación de otras fechas como la del triduo pascual y otras.
Agotado el tiempo permitido de servicio a la Hermandad del actual hermano mayor se procedió a fijar fecha para las elecciones. Si momento histórico lo fue la erección canónica y puesta en marcha de la Hermandad en verdad estas elecciones son muy importantes ya que se entra en una segunda generación que se encuentra con una hermandad conformada, la estabilidad de la sede canónica, la imagen del titular y una sede espléndida.
Nuestra inmensa gratitud al Hermano mayor y su Junta de Gobierno saliente. En su juventud y entrega está la esperanza para anunciar a Jesucristo entre las familias con mayor atención a la infancia, adolescentes y jóvenes. ¡Adelante!
Encuentro de Oración y Cena del Hambre
Día de Ayuno Voluntario
«Porque tuve hambre y me diste de comer,
tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me hospedasteis,
estuve desnudo y me vestisteis, …» (Mt 25,35-36)
Viernes, día 7 de febrero de 2025,
a las 19,15 horas
· Oración [Templo parroquial]
· Cena del Hambre [Aulario]
Manos Unidas
Campaña contra el Hambre
III Domingo del Tiempo Ordinario
El Hoy de Dios
En mi niñez escribí muchas cartas por encargo de familiares y novias a los chicos que estaban cumpliendo con su servicio militar. Ya se sabe que, por desgracia, en aquellos tiempos grises las letras eran más bien escasas. El esquema de la carta siempre era igual y el encabezado rezaba, más o menos, del mismo modo. Comenzaba con el nombre del destinatario y se añadía a modo de plantilla: “espero que estés bien, yo por la presente, estoy bien, gracias a Dios”. Después de este saludo se pasaba a redactar las preocupaciones o razones que movían a escribir la misiva. Esta circunstancia, sin duda llena de recuerdos, viene a mi memoria cuando escucho el inicio del evangelio de san Lucas (1,1-4) donde el evangelista, hombre de letras y médico, dirigió en su momento la carta a su amigo y compañero Teófilo, cuyo nombre se traduce “amante de Dios” o “amado por Dios”. El significado del nombre propio hace que los comentaristas discrepen si verdaderamente fue dirigido a una persona concreta o a la comunidad. La verdad es que, para el lector del siglo XXI, como escribió san Ambrosio comentando el texto, es que “el Evangelio está escrito para Teófilo, es decir, para aquel a quien Dios ama. Si amas a Dios, entonces está escrito para ti”. En definitiva, los primeros versos de la lectura de este domingo tercero del tiempo ordinario nos recuerdan que los evangelios son textos de creyentes escritos para creyentes y, en consecuencia, la preocupación primera es el anuncio y la trasmisión de la fe en un marco de oración y celebración litúrgica. San Lucas presenta su obra, al estilo de los clásicos griegos, con un prólogo, una dedicatoria y una descripción del trabajo seguido en la composición. Curiosamente la preocupación en la narración, exclusiva del evangelio de san Lucas, no es cronológica, sino que más bien el esquema de sus escritos se encuadra dentro de la historia de la salvación que comienza por el tiempo de Israel, sigue por el tiempo de Jesús y finaliza con el tiempo de la Iglesia.
La lectura continuada del evangelio, después de la introducción programática, da un salto para situar al oyente en los primeros pasos de la predicación de Jesús en Galilea (4,14-21) y, en concreto, el marco de su pueblo y sinagoga donde presenta el programa de su misión. La cita de Isaías evidencia los rasgos fundamentales de su misión enviado “para anunciar la Buena Noticia a los pobres” y para “anunciar el año de gracia del Señor”. Sirve de enlace entre el prólogo y la sección de Galilea la expresión “en aquel tiempo”. En efecto, el anuncio de Reino se hace actual y presente en nuestro hoy y en las circunstancias en las que nos hallamos. El anuncio, en verdad, se dirige a mí y en la situación en que me encuentro.
No podemos dejar pasar por alto que el anuncio se hace en la región de la Galilea “de los gentiles”. El comienzo del ministerio de Jesús en Galilea es un dato común a los tres evangelios sinópticos. Además, el texto lucano añade que la primera predicación de Jesús fue en Nazaret “donde se había criado”. Allí se conocen todos. Participan de las mismas celebraciones y fiestas del pueblo. Asisten el sábado a la sinagoga. Es un detalle interesante de san Lucas contemplar el anuncio desde los más cercanos y próximos hasta los confines de la tierra.
Jesús al finalizar la lectura del profeta Isaías, ante la expectación de aquellos “que tenían fijos los ojos en él”, anuncia la gran novedad esperada por el pueblo: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Jesús explica que la novedad profética es de consolación poniendo énfasis en la importancia del “hoy” que se hace concreto y cercano con la novedad del Mesías y el anuncio del Evangelio a los últimos y a los que nada cuentan.
En este Domingo de la Palabra el lema elegido dentro del Año Jubilar, es un versículo del Salmo 119, 74, “Espero en tu Palabra”. Es un grito de esperanza. ¡Escucha y confía!
Manuel Pozo Oller
II Domingo del Tiempo Ordinario
Boda en Caná
Caná de Galilea estaba situada a unos 7 kilómetros al noroeste de Nazaret, en lo que hoy es la ciudad de Kafr Kanna. Una docena de veces he tenido la suerte de acompañar a peregrinos a este lugar donde el evangelio de san Juan sitúa el primero de los signos de Jesús en el contexto de la celebración de una boda. En aquel lugar, en la parroquia del Primer Milagro, tuve la dicha de compartir en reiteradas ocasiones con los matrimonios de la peregrinación la renovación de sus compromisos matrimoniales en un clima de alegría y acción de gracias.
El Evangelio de san Juan (2,1-11) nos narra que la familia de Nazaret fue invitada a una boda en Caná, seguramente de algunos conocidos o parientes. También estaban invitados sus discípulos. Bartolomé (Natanael) era natural de aquel pueblo. El texto deja entrever que María “estaba allí” cuando llegó Jesús. Suponemos que existía cierta familiaridad entre las familias de los contrayentes y la Sagrada Familia. Por cierto, el relato no nombra entre los invitados a san José lo que nos hace suponer que ya había fallecido.
Sin poner en duda la historicidad del hecho, por otra parte, preñado de una riqueza antropológica y cultural como lo es todo matrimonio judío, el evangelista reflexiona sobre el acontecimiento y le concede un significado que trasciende el hecho en sí. La clave de comprensión de esta narración la encontramos en el verso final del relato donde leemos que, “en Cana de Galilea Jesús comenzó sus signos” (v.11).
“No les queda vino”, dijo María a Jesús. Una frase explosiva en una fiesta de bodas donde se ponía de manifiesto la falta de previsión de quienes habían preparado el banquete, al tiempo que el ridículo y el bochorno de los familiares y de los novios. Jesús al principio no se da por aludido por situación tan embarazosa. Su madre intercede para evitar el ridículo ante un hecho tan desagradable e inoportuna. Jesús le contesta con aparente frialdad: “todavía no ha llegado mi hora” (v.4). Además, le llama “mujer”, como desentendiéndose displicentemente del problema. No hay sospecha de desamor en Jesús hacia su madre.
Evidentemente el relato es una construcción teológica del evangelista a la luz de la Resurrección. La “hora”, en labios de Jesús, no es otra que la del Calvario. En aquel lugar volverá a llamar a su madre con el título de “mujer”. Todo tiene una explicación. En Caná Jesús adelanta su “hora”, a petición de su madre, y en el Calvario Jesús le encomienda una nueva maternidad, como madre de todos los discípulos y, de este modo, al pie de la cruz, como mujer y madre, representa a la comunidad de seguidores del Resucitado.
El evangelista, cuando escribe el Evangelio, no da puntada sin hilo. Cada palabra, cada frase, encierra una enseñanza que trasciende el paso del tiempo. De este modo son símbolos de lo viejo, caduco y pasado, el pueblo judío anclado en sus tradiciones, el Antiguo Testamento, las “tinajas para las purificaciones” y el material de que estaban hechas, el número “seis” y, en este caso como símbolo central el agua. Por el contrario, el vino, la comensalidad, la fiesta, representan el tiempo nuevo, símbolo de los dones mesiánicos.
Nuestra vida espiritual mediocre, en la medida que nos vayamos identificando con Jesús y su causa, obrará el milagro de convertir nuestra agua, nuestra humanidad, en vino de amistad y fiesta con el Resucitado. Nuestra tarea, trasiego llaman los viñadores, será sustituir el agua de una vida mediocre, nuestras ensoñaciones del pasado, nuestra falta de alegría y esperanza, en vino de alegría, sinodalidad y compromiso eficaz. El gran signo de victoria es Cristo Resucitado y en Él iremos logrando “una crianza” de vino de la mejor selección.
Un detalle final. Hoy que celebramos la Jornada de la Infancia misionera echo en falta a los niños en el relato de aquella fiesta de bodas. Donde no hay niños difícilmente puede haber alegría. Tomemos nota.
Manuel Pozo Oller
Bautismo del Señor
Bautismo y Cotidianidad
El Bautismo del Señor es la última fiesta del ciclo de la Navidad y al tiempo comienzo de los domingos llamados “per annum”, es decir, aquellos domingos que nos devuelven a la rutina de la cotidianidad, sin apenas grandes celebraciones hasta la Cuaresma. Llama la atención, a poco que se observe el Evangelio, el salto cronológico y la ausencia de noticias entre los relatos de la infancia de los evangelios de san Mateo y san Lucas y el comienzo de la vida pública de Jesús. El silencio sobrecoge y dispara nuestra imaginación recreando lo que pudo ser y acontecer en el hogar de Nazaret.
El silencio de Nazaret, nada menos que treinta años, es elocuente y ciertamente es una predicación que nos recuerda los valores de la cotidianidad que, por otra parte, es el medio habitual para la maduración humana y espiritual a fuego lento, sin grandes aspavientos. En verdad, la rutina de la cotidianidad, es el marco, lo aceptemos o no, donde habitualmente trascurre nuestra existencia y donde, “sin saber cómo”, se nos ofrece la oportunidad de crecer armónicamente (cf. Mc 4,27). Viene al caso citar los versos oportunos del poeta gaditano José María Pemán sobre la sabiduría de lo cotidiano cuando escribe que «no hay virtud más eminente que en hacer sencillamente, lo que tenemos que hacer». Pues a esa tarea de hacer sencillamente lo que su Padre dispuso se entregó Jesús en sus años en Nazaret. Margarita Saldaña, laica consagrada, en su libro San José: Los ojos de las entrañas (Santander 20212) escribirá que la vida oculta de Nazaret es «un tiempo sin índice», sin más programación que buscar y hallar lo dispuesto por la Providencia.
En Nazaret, Jesús «creció en estatura, sabiduría y gracia de Dios» (Lc 2,52), en una aldea desconocida, al ritmo del trabajo cotidiano, en comunión con la naturaleza, sin más celebraciones que las propias del calendario judío. Era una vida de total normalidad de tal modo que, una vez comenzada la vida pública de Jesús, sus paisanos al conocer las noticias que llegaban de su predicación y actividad coincidían en que había perdido el juicio hasta el punto que su familia fue en su búsqueda a Cafarnaúm para evitarle males mayores (Mc 3, 20-21). En otra ocasión sus paisanos le rechazan como a un endemoniado (Mc 6,1-6). No encuentra apoyo de los más cercanos que tampoco creían en él (Jn 7, 5). A todos se les hacía un mundo ver en Jesús, hijo de José y María, al Mesías.
El Bautismo de Jesús por su pariente Juan rompe el silencio de la cotidianidad para abrir las páginas de su vida pública como una revelación (Lc 3,15-16, 21-22). No estaban las cosas claras. El pueblo expectante duda sobre si Juan no sería el Mesías. El último de los profetas no cae en la tentación de la autocomplacencia y presenta a Jesús a voz en grito como aquél «que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de las sandalias». El caso es que Jesús acude a Juan, como uno de tantos, para hacerse bautizar «en un bautismo general» que se convierte en anuncio de su bautismo en la muerte. Es hermosa y clarificadora la tradición ortodoxa que habla del agua del Jordán como de una “tumba líquida” en la que Jesús, al sumergirse, anticipa su sepultura.
En este contexto bautismal en el río Jordán la imagen del cielo abierto es una imagen simbólica que muestra la desaparición de todo lo que hasta ese momento impedía la comunicación entre Dios y la humanidad. Jesús, al que el Padre llama «mi hijo, el amado», es la Palabra definitiva.
Dejarnos bautizar con Jesús supone aceptar el nombre nuevo que Dios ha soñado para nosotros desde la eternidad. Desde el bautismo somos hijos amados y Dios nos llama por nuestro nombre tatuado en la palma de sus manos (cf. Is 49,16). En este domingo que recordamos el bautismo de Jesús y renovamos nuestros compromisos bautismales, te invito a sentirte hijo en el Hijo de Dios, repitiendo en el silencio de tu corazón las palabras del Padre: «Tú eres mi hijo querido, mi predilecto».
Manuel Pozo Oller