Los alumnos del Colegio de la Divina Infantita, centro de educación de las Religiosas de la Inmaculada Niña de nuestra Parroquia, celebraron su inicio de curso escolar con la celebración de la Eucaristía en el templo parroquial a las diez horas del viernes, día siete de octubre, fiesta de Ntra. Sra. la Virgen del Rosario.
La Madre Carmela, directora académica del Centro, leyó la monición de entrada en la que recordó que el objetivo pastoral de este año en el Colegio es “Caminar contigo, con nuestra Madre” al tiempo que recordó a la Madre Rosario, fundadora de las Religiosas de la Inmaculada Niña junto al almeriense P. Salvador de los que sus “huellas,115 años después. Siguen presentes entre nosotros para indicarnos el camino que debemos seguir: su legado amar con locura a la Divina Infantita para que a imitación de ella nos hagamos niños”. La directora acabó sus palabras expresando su deseo de “que Jesús, la Divina Infantita y la Madre Rosario nos acompañen cada día de este curso que acabamos de comenzar para seguir creciendo como personas desde el respeto, la escucha, la acogida, la sencillez, la humildad y la misericordia”.
En las ofrendas un grupo de niños en representación de todos los alumnos presentaron un cartel con el lema del curso y también ofrecieron al Señor el pan y el vino para la eucaristía en representación del “esfuerzo, trabajo y deseos de crecer como personas que aman al Señor”
Momento muy importante de la celebración fue el canto de acción de gracias después de la comunión que dice:
Jesús aquí presente en forma real
te pido un poco más de fe y de humildad.
Quisiera poder ser digno de compartir
contigo el milagro más grande amor.
Milagro de amor tan infinito
en que Tú mi Dios te has hecho
tan pequeño y tan humilde para entrar en mí.
Milagro de amor tan infinito
En que Tú mi Dios te olvidas
De tu gloria y de tu majestad por mí.
Y hoy vengo lleno de alegría
a recibirte en esta Eucaristía.
Un alumno de 3º de ESO leyó una hermosa oración de gracias en la decía: Gracias, Señor, por la vida. Gracias, Señor, por tu amor hecho visible en tu entrega en la Eucaristía. Gracias, Señor, por la Madre Rosario y el P. Federico, nuestros fundadores, gracias a ellos hoy podemos estar aquí creciendo junto a la Inmaculada Niña, como una gran familia”.
Al finalizar hubo unas palabras de presentación de la nueva Madre Superiora, Madre Estela, que acaba de llegar de México y un recuerdo para las religiosas que este año han cambiado de destino, la Madre Rosario a Granada, y la Madre Isaura a México.
